FUE LEVANTADO
En los primeros días de Mayo ya se hallaba colocado en el FF CC Nuevo Central Argentino
Es un símbolo. ¿Pero qué querrá indicarnos?
Había estacionado el auto en la avenida. Era continuo el fluir de vehículos de toda clase, dimensiones y en todas direcciones que iban y venían, apresurados por realizar sus diligencias diarias.
Se veían rostros que reflejaban estar muy lejos de pensar nada más que en lo que iban a realizar.
Muchos se notaban marcados por el stress.
Yo miraba al “CRISTO DE LA HERMANDAD ” y fue así que surgió en mi mente - espontánea, - la palabra “CONVIVIR”.
Una moto cruzó con el semáforo en Rojo. Un camión frenó y quedó mal colocado.
Busqué en el auto una hojita y una lapicera y me puse a escribir.
Cruzaban por mi cabeza aceleradamente y en todas direcciones – como en la avenida – imágenes y palabras:
Chicos, ancianos, gente sin empleo, jóvenes, enfermos, adultos, mujeres golpeadas, noches violentas, consumo de alcohol, de drogas, narcotraficantes, espionaje, clases sociales, medios de comunicación tergiversando acontecimientos… ¡Qué se yo! En un instante en mi cerebro como en una PC subían y bajaban noticias, imágenes a una velocidad increíble.
PARA ACCEDER AL CRISTO DE LA HERMANDAD
Levanté mi vista del papel y volví a mirar – un rato largo - al CRISTO DE LA HERMANDAD.
Vi también muchos gestos de Hermandad: actividades culturales, defensa de los derechos humanos, organización de diversión para chicos y grandes, movimientos de solidaridad, Bomberos cuya edificación se estaba terminando cerca del lugar, un montón de actividades. Esto puso esperanza y alegría en mi. Fue como ese sol que subía lentamente por el Este y se reflejaba en ese inmenso Cristo de madera.
Un cartel se encendía y se apagaba en mi mente:
¿QUÉ SERÁ CONVIVIR?.
¿Vivir juntos?. Mucho más que eso.
¿Aguantar al otro?. Evidentemente no.
Se ha levantado bien alto y con una imagen inmensa a un “Luchador”, que se halla nada menos que “clavado en una Cruz”.
Alguien que vivió ayudando al pobre, al sufriente y que la clase alta de Jerusalén entregada al Imperio Romano por interés y dinero, lo había clavado en una cruz. Eesto fue el viernes 7 de abril del año 30. Sí. Hacía 1981 años y todavía se lo recordaba y cómo.
¿QUÉ SERÁ CONVIVIR?.
No puede no oírse cerca de esa CruZ, la multitud de lamentos y hasta los gritos de sufrimiento:
Pobres, enfermos de Sida, excluidos, sumergidos en el dolor, en la miseria…
¿Podrá surgir una auténtica hermandad – más allá de la religión que cada uno pueda llevar en su corazón, y aunque no tenga ninguna religión – podrá surgir esa HERMANDAD que tanto necesitamos?.
CUÁNTAS COSAS PARA IR PENSANDO AL MIRAR ESA INMENSA CRUZ DE LA HERMANDAD.
Ë Que las puertas de todos los hogares puedan ser brazos abiertos que derramen solidaridad, amistad, amor.
Que las ventanas permitan entrar cada día el sol de la vida.
Miles de mesas, algunas con poco que comer sobre ellas, los lugares de educación, de tratamiento de la salud, de trabajo, de las diversas actividades que se realizan cada día como Familia y como Pueblo.
Ë Los sentimientos y las esperanzas, los pensamientos y las palabras con que nos comunicamos.
Las horas de paz y de alegría, de comprensión, de respeto mutuo, de sociabilidad y tolerancia; las iniciativas y el valor para construir un mundo mucho mejor.
Ë Irse limpiando nuestra mente, nuestra voluntad y también nuestro cuerpo en multitud de gestos, de la ingratitud, la deshonestidad, el egoísmo, de la soberbia y de la envidia que tantas relaciones humanas destruye.
Limpiarnos de la falsedad, de la indiferencia y la intolerancia.
Ir corrigiendo con paciencia y perseverancia los errores que desparraman tanta infelicidad y dolor a nuestro alrededor.
Ë Un Pueblo hermoso y grande, DONDE SE HALLE CÓMODO ESTE CRISTO DE LA HERMANDAD solo se construye con sacrificios, desterrando el egoísmo y el mal humor, el miedo y el pesimismo, percibiendo siempre el lado bueno de esa vida que estamos llamados a ir mejorando.
Ë Renovarse como familias en su amor, en su compromiso, en su unión.
Ë Abrirnos, quebrando esa cerrazón que tantas veces nos impide ver más allá de lo que tocamos permitiendo iluminar de vida nueva donde hay discordias, incomprensión y violencias.
Ë Ayudarnos a caminar juntos el camino de la vida, con una nueva manera de ser y ser hermanos, de ser y ser artífices del bienestar y la felicidad de todos, quitando en este camino de la vida que transitamos juntos
las ansiedades, los estress;
que vayamos rellenando con amor, con paciencia, los pozos del odio y la indiferencia – que dificultan el caminar con alegría y esperanza –
y hacernos cada día un momento de silencio y de reflexión, también un momento de diálogo sincero y cariñoso en nuestros hogares, en las instituciones de las que formamos parte, pudiendo así incorporarnos poco a poco y cada vez más a una vida nueva, no acosada por el consumismo, las drogas de todo tipo, el ruido, la enajenación mental;
vida nueva que nos permita una mucho mayor salud espiritual y corporal que tanto necesitamos
¿Puedo alzar mi vista hacia esa Cruz sin tener conciencia:
de nuestros niños, adolescentes y jóvenes;
de nuestros adultos y ancianos,
de los enfermos,
de los que se sienten sin futuro alguno,
de los que te buscan la felicidad y todavía no la han
encontrado?.
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