miércoles, 22 de julio de 2015

General Juan José San Martín



GENERAL JUAN JOSÉ DE SAN MARTÍN
Introducción


La vida, los esfuerzos heroicos de un Libertador. Un protagonista de nuestra historia, dotado de excelentes cualidades, alguien que tiene mucho que ver con el surgimiento de Naciones nuevas y libres; un propagador de la esperanza, del ideal humanista. Un luchador infatigable. Alguien que conocía bien la diferencia y presupuestos entre evolución y revolución.
Alguien que experimentaba las victorias humanas como condición para instituir un nuevo ordenamiento de cosas. Un artesano en la labor de consensuar voluntades; un organizador neto. Alguien que se jugaba entero en cada gesto. Alguien que comprendía la frustración que generan los egoísmos, las corrupciones, las falsas búsquedas del poder por el poder. Su trabajo fue compacto, tenaz, intenso hasta el más mínimo detalle.
SUS PRIMEROS AÑOS
Juan de San Martín y Gregoria Matorras contraen matrimonio en Bs. As. el 12 de octubre de 1770. De este matrimonio nacerán Manuel Tadeo - Juan Fermín - Juso Rufino - José Francisco (cuarto hijo y futuro Libertador) y María Elena.
El 25 de febrero de 1778, nace José Francisco de San Martín en Yapeyú, pueblo de las antiguas misiones jesuíticas. El lugar está ubicado en lo que hoy es Corrientes y que en ese momento era la provincia de Misiones, integrante del virreinato del Río de la Plata. El nacimiento, 10 años después de la expulsión de los jesuitas de América, se debe a que su padre, el capitán español Juan de San Martín, era teniente gobernador de dicho lugar, cargo que desempeñó hasta 1783, en que fue agregado al estado mayor de la plaza de Málaga. Regresa entonces a España con su mujer, Gregoria Matorras y sus 5 hijos.
Luego prosigue la vida de José Francisco en España: cadete en el Regimiento de Murcia, y va ascendiendo en su carrera militar. Lucha en Orán contra los moros; más tarde  en Bailén, y lo hace con tanto heroísmo, que es ascendido al grado de teniente coronel.
AÑO 1811 – DECIDE REGRESAR A SU PATRIA
Para 1811, nos explica:   “Yo servía en el ejército español en 1811. Veinte años de honrados servicios me habían atraído alguna consideración, a pesar de ser americano. Supe de la revolución de mi país y al abandonar mi fortuna y mis esperanzas, solo sentía no tener más que sacrificar al deseo de contribuir a la libertad de mi patria” ... “En una reunión en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos acaecidos en Caracas, Buenos Aires etc... decidimos regresar cada uno al país de nuestro nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha, pues calculábamos se habría de empeñar”. (San Martín).
Pidió así su retiro del ejército pero con uso de uniforme y fuero militar, para pasar a Lima, interrumpiendo de este modo - voluntariamente - una carrera militar brillantísima que seguramente lo habría llevado a las más altas posiciones en el ejército español.
SAN MARTÍN NOS CONVOCA
Nuestro compromiso por la patria. Adaptación de un poema de Mariana Y. Blanca. Nicaragua 1985.

EL CRUCE DE LOS ANDES


        Dibujo original de Antonio Paco, Buenos Aires, 1965.

El paso de los Andes, o el arte de construir naciones libres donde sea posible vivir y crecer. (Textos tomados de la Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana de Bartolomé Mitre)
A)  “Lo que no me deja dormir es -no la oposición que pueden hacerme los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes”. Así exclamaba San Martín al divisar desde Mendoza las nevadas crestas de la cordillera de los Andes.
B)  La gran cordillera argentino chilena, sólo es accesible por pasos precisos, llamados boquetes o portezuelos
Uspallata y Los Patos al centro. Al Norte La Ramada y Come Caballos que comunican a La Rioja con Coquimbo y Copiapó. Y por el sur Planchón que conduce a Talca y Partillo que comunica a Maipo y a la capital de Chile.
C) Caminos transversales que se elevan hasta 3.000 y 3.700 metros, obstruidos de nieve en el invierno. Pasar con un ejército numeroso por estos pasos jamás había sido pensado siquiera.
Como atravesar la cordillera
El paso de los Andes, o el arte de construir naciones libres donde sea posible vivir y crecer. (Textos tomados de la Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana de Bartolomé Mitre) Segunda parte
El Campamento de Mendoza.
A) José Francisco que “no dormía pensando en los inmensos montes que debía atravesar”, tenía que resolver otros problemas más arduos que el del paso mismo. Determinar las líneas y los puntos estratégicos de la invasión; calcular las marchas divergentes y concentración de sus columnas sobre el punto débil del enemigo. Ocultar el verdadero ataque y caer como el rayo al otro lado de las montañas.
B) Desde 1814, el gobernador de Cuyo cultivaba relaciones amistosas con los indios pehuenches. ¿Porqué lo hacía?. Para asegurar por los pasos dominados por ellos el tránsito de sus agentes secretos a Chile y además, tenerlos de su parte, en caso de invasión del enemigo.
C) Reinaba una actividad metódica y  mucho entusiasmo. José sabía lo que quería y sabía lo que hacía. Todos trabajaban y todos confiaban en su general. Reunir animales, forjar herraduras para millares de bestias, construir aparejos, acopiar víveres, recolectar ganado, instruir a la tropa. Elaborar cartuchos por cientos de miles. Las fraguas ardína de día y de noche. El infatigable Fray Luis Beltrán construir las máquinas con las que se debería transportar los cañones por encima de las montañas. ¿Qué no había inventado el ingenioso fraile?. Adaptó carros angostos, conocidos como “zorras” tirados por bueyes y mulas. Los cañones de batalla eran desarmados y a lomo de mulas cruzarían las estrechas y tortuosas sendas de la cordillera.
Como trabajaba José Francisco
José Francisco, silencioso, reservado, pensaba por todos. Todo lo inspeccionaba, todo lo preveía hasta el menor detalle.
A) Después del estómago, ocupose de los pies. Con los desperdicios de los cueros de las reses del consumo diario, hizo construir los célebres tamangos, especie de sandalias cerradas. Gustaba subrayar cómo se pueden realizar grandes empresas con pequeños medios.
B) EL CLARÍN era un instrumento importante. El ejército sólo tenía 3 clarines. Intentó fabricar otros con lata, pero resultaban sordos. Hubo de solicitarlos al gobierno, diciéndole: “ El clarín es instrumento tan preciso para la caballería, que su falta sólo es comparable a lo que era la del tambor en la infantería.
C. Hondos barrancos de un fragoso camino, atravesar torrentes, ascender y descender el pesado material de guerra por las ásperas pendientes de la cordillera. Sacar de los precipicios las zorras y las cargas que se despeñaban. Todo fue minuciosamente ideado.
Para el pasaje de los ríos, puente de cuerdas. “No es posible pasar la artillería y otros grandes pesos por los angostos desfiladeros y pendientes de la cordillera, sin el auxilio de dos anclotes  y cuatro cables...” Proponía San Martín. Y bien, fue con este aparato movido por cabrestante, que vencieron las dificultades del paso.
ENTRADA TRIUNFAL A LIMA – 1.821
Entrada triunfal en Lima. 1821. Lima es abandonada por los realistas, cosa que San Martín esperaba en la rada del Callao. Allí es entrevistado por un capitán Hall. A este militar San Martín le dice”:  La gente se pregunta porqué no marcho sobre Lima ya. ... No busco gloria militar... solamente librarla de la opresión. ... Muy diferentes son mis designios. Quiero que todos los hombres piensen como yo y no dar un solo paso más allá de la marcha progresiva de la opinión pública.  Etc.


        El abrazo de Maipú, óleo sobre tela de Subercaseaux -                        Museo Histórico Nacional.

POEMA: “LA ARCILLA Y LAS MANOS”
Nuestro compromiso por la patria. Adaptación del  poema “La arcilla y las manos” de Mariana Yonusg Blanco.

LOS ÚLTIMOS AÑOS DE SAN MARTÍN
Los últimos años de un hombre excepcionalmente grande de espíritu.
A)  Año 1830. San Martín tiene 52 años. La instauración de la República en Francia, le permitió fijar su residencia en París. . Allí vivió pobremente, porque sus rentas eran escasas y encontraba dificultades en percibirlas. Tenía el alquiler de una casa en Bs. As., obsequio del gobierno argentino a su hija. La pensión que también le había concedido su país, Argentina,  no se hacía efectiva en tiempo de Rivadavia ... También estuvo enfermo y según él mismo lo dijo - expuesto a morir en un hospital.
B. A fines de 1824, San Martín cuenta 46 años, se establece en la ciudad de Bruselas, acompañado de su hija. Allí permaneció 3 años llevando modesta vida de un viejo soldado retirado. Así le escribía a Guido, su amigo. “Vivo en una casita de campo, a tres cuadras de la ciudad,, en compañía de mi hermano Justo. Ocupo mis mañanas en el cultivo de un pequeño jardín y en mi taller de carpintería, por las tardes salgo de paseo y las noches en la lectura de algunos libros. Usted dirá que soy feliz. Sí, amigo mío, verdaderamente lo soy...”

TESTAMENTO
“Prohíbo el que se me haga ningún género de funeral y desde el lugar en que falleciere se me conducirá directamente hasta el cementerio, sin ningún acompañamiento, pero sí desearía el que mi corazón fuese depositado en el de Buenos Aires”.
ÚLTIMOS DÍAS
http://www.momarandu.com/amanoticias.php?a=6&b=0&c=112630
En 1849 contrae nuevamente el cólera agravándole su gastritis crónica acarreándole graves complicaciones.
En 1850, precisamente el martes 6 de agosto pidió se lo hiciera pasear por la zona pero al retornar a su casa no pudo descender del coche por sus propios medios siendo llevado en brazos hasta su alcoba depositándolo en la cama. De allí no se levantó más hasta el día de su fallecimiento. Como avizorando que su vida se estaba apagando llamó a su hija Mercedita –como acostumbraba llamarla- le dijo disponiéndola para el funesto desenlace: “C'est l'orange qui mène au port” (Es la tormenta que lleva al puerto).
En 1850, el miércoles 7 de agosto, -  casi agonizante, -  se le suministró cuantiosos fármacos para aliviarle los dolores sin producir pérdida de conciencia y, como así, sedantes con el objeto de reducirle la tensión nerviosa e inducirle el sueño; medicamentos que le resultó contraproducente. Al costado de su lecho de enfermo se reunieron familiares y amigos, más el científico que lo asistía. La noche transcurrió tranquila.
En 1850, el sábado 17 de agosto.  pidió se lo levantara y lo condujeran hasta la habitación de su hija. Allí se sentó para escuchar la lectura de los diarios del día, almorzó y dormitó un poco al lado de su hija. Aproximadamente a las dos de la tarde se le desencadenó gastralgias, úlcera péptica y hemorragia digestiva. A ello se incrementó con un estado tembloroso y frío que envolvió todo su cuerpo. Lo acostaron en la cama de su hija y con voz trabada pronunció estas palabras: “Mercedes, ésta es la fatiga de la muerte”. Concluida esta frase después de una leve agitación temblorosa expiró a causa de un aneurisma que paralizó el corazón. Las agujas del reloj de pared marcaban las tres de la tarde.

MUERTE DE SAN MARTÍN
http://www.momarandu.com/amanoticias.php?a=6&b=0&c=112630
Los últimos días de San Martín
Deseaba morir en Buenos Aires pero sus dolencias y casi ciego le impidieron regresar a su patria. Ante su impotencia dictó su testamento y en una de las cláusulas había insertado lo siguiente: “Prohíbo el que se me haga ningún género de funeral y desde el lugar en que falleciere se me conducirá directamente hasta el cementerio, sin ningún acompañamiento, pero sí desearía el que mi corazón fuese depositado en el de Buenos Aires”.
En 1849 contrae nuevamente el cólera agravándole su gastritis crónica acarreándole graves complicaciones. Al año siguiente, precisamente el 6 de agosto pidió se lo hiciera pasear por la zona pero al retornar a su casa no pudo descender del coche por sus propios medios siendo llevado en brazos hasta su alcoba depositándolo en la cama. De allí no se levantó más hasta el día de su fallecimiento. Como avizorando que su vida se estaba apagando llamó a su hija Mercedita –como acostumbraba llamarla- le dijo disponiéndola para el funesto desenlace: “C'est l'orange qui mène au port” (Es la tormenta que lleva al puerto).
Al día siguiente, casi agonizante, se le suministró cuantiosos fármacos para aliviarle los dolores sin producir pérdida de conciencia y, como así, sedantes con el objeto de reducirle la tensión nerviosa e inducirle el sueño; medicamentos que le resultó contraproducente. Al costado de su lecho de enfermo se reunieron familiares y amigos, más el científico que lo asistía. La noche transcurrió tranquila.
El 17 pidió se lo levantara y lo condujeran hasta la habitación de su hija. Allí se sentó para escuchar la lectura de los diarios del día, almorzó y dormitó un poco al lado de su hija. Aproximadamente a las dos de la tarde se le desencadenó gastralgias, úlcera péptica y hemorragia digestiva. A ello se incrementó con un estado tembloroso y frío que envolvió todo su cuerpo. Lo acostaron en la cama de su hija y con voz trabada pronunció estas palabras: “Mercedes, ésta es la fatiga de la muerte”. Concluida esta frase después de una leve agitación temblorosa expiró a causa de un aneurisma que paralizó el corazón. Las agujas del reloj de pared marcaban las tres de la tarde.
Valioso testimonio
El pensador argentino, político y prestigioso orador y autor de numerosos libros Félix Frías, estando en París resolvió visitar a su amigo José de San Martín en su residencia de Boulogne-sur-Mer quien, entre otras cosas, dejó el siguiente relato: “…En la mañana del 18 tuve la dolorosa satisfacción de contemplar los restos iluminados de este hombre, cuya vida estará escrita en páginas tan brillantes de la historia americana. Su rostro conservaba los rasgos pronunciados de su carácter severo y respetable. Un crucifijo estaba colocado sobre su pecho, otro en una mesa entre dos velas que ardían al lado del lecho de la muerte. Un reloj de cuadro negro, colocado en la pared, marcaba las horas con un sonido lúgubre, como el de las campanas de la agonía, y este reloj se paró aquella noche a las tres, hora en que había expirado el General San Martín. ¡Singular coincidencia! El reloj de bolsillo del mismo General se detuvo también en aquella última hora de su existencia”.
“Al día siguiente, 19, al tiempo de colocar en el féretro los restos mortales del ilustre difunto, la caja de la guardia nacional resonaba casualmente en el frente de la casa mortuoria… El 20, a las seis de la mañana, el carro fúnebre recibió el féretro y fue acompañado en su tránsito silencioso por un modesto cortejo. Cuatro faroles cubiertos de crespón negro adornaban encendidos los ángulos superiores del carro. Seis hombres vestidos con capotes del mismo color, marchaban de ambos lados. Detrás iban el Señor Balcarce, llevando a su derecha al señor Darthez, antiguo amigo del General, y a la izquierda al señor Rosales, Encargado de Negocios de Chile. Marchaban en seguida Don José Guerrico, un joven de Buenos Aires hijo de su hermano Don Manuel, el Doctor Gérard y el Señor Seguier, vecinos ambos de Boulogne. El acompañamiento era humilde y propio de la alta modestia, tan digna compañera de las calidades morales y de los títulos gloriosos de aquel hombre eminente. El carro fúnebre se detuvo en la Iglesia de San Nicolás. Allí rezaron algunos sacerdotes las oraciones religiosas a favor del alma del difunto…
Después de esta ceremonia el convoy fúnebre continuó hasta la catedral, vasto edificio que se construye en la parte de la ciudad llamada alta. En una de las bóvedas de la capilla, acabada ya, fue depositado el cadáver que acompañábamos. Allí descansará… Fiel siempre a sus hábitos modestos, había él mismo manifestado la voluntad de que su entierro se hiciera sin pompa ni ostentación alguna, y así se ha hecho”.
El General José de San Martín no es sólo el “Padre de la Patria” si no también el “Héroe de la Libertad americana”. (Fuente Andrés Mendieta)
Epílogo
Los grandes amores comienzan con una sonrisa, siguen luego los besos y termina con lágrimas. Conocemos desaciertos, dolores que nos permiten buscar, construir y dar con algo más verdadero, más afín a la alegría. Esto sucede cuando crecemos.
Somos. Y un día habremos sido, como ha sido José Francisco. Lo importante es “pasar haciendo el bien”, como se dijo de Jesús de Nazaret.. Podemos construir un mundo mejor o podemos construir una cárcel donde todos, incluso yo, encuentre la infelicidad. Puedo buscar y encontrar muchas cosas, buenas unas, mediocres las más o malas. Solo una realidad es importante: la paz.con la que  construyo mi vida y la de los demás. Todo lo otro queda aquí.
José Francisco llevaba esa paz aun en el campo de batalla. Pensaba primero en el otro antes que en sí mismo. Buscaba el bien del otro, antes que el poder o el dinero.
José Francisco, descansa en paz. No conozco argentino que lo odie. Pero es un logro. No una lotería. Es un proyecto de vida, no un azar.
Ahora es el fugaz tiempo nuestro. Nosotros debemos ser y hacer una Patria vivible, Hogar de todos y no “countring” de unos pocos. Debemos hacerlo a pesar de la corrupción, del lastre infeliz de los que no han entendido la vida, de los que no han descubierto la sonrisa, el beso y las lágrimas, con que tejemos una vida digna de ser sentida como tal.
SEGUNDA PARTE
Nuestra Patria cuando dejó de ser Patria
para ser Colonia de Buitres
El 2001 en la Argentina
 El paso de la Corrupción, o el descaro de servirme de la patria para saciar mi sed de riquezas y poder.
DESDE LA QUIACA A PLAZA DE MAYO, 2001
Los chicos marchan
La lucha por los niños desamparados, en la Argentina, juega a partir de hoy una apuesta fuerte: en La Quiaca, Jujuy, arranca la marcha “Por el derecho a la vida”, organizada por el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, de la que participarán más de 400 miembros de distintas entidades que trabajan con chicos de la calle de todo el país. “Salimos a la calle para soñar y hacer posible un país distinto”, dijo Diego Chichizola, docente del hogar Pelota de Trapo y uno de los organizadores de la marcha. “Nos gusta lo que hacemos, pero los “Hogares como Pelota de Trapo” no tendrían que existir:. Cada chico tendría que tener una casa donde estar con su mamá y su papá tener un trabajo para darle lo que necesita”, argumentó.
Derechos de Niños y Niñas
 “Desde 1994, la Convención Internacional de los Derechos del Niño está incluida en nuestra Constitución Nacional. Eso obliga a cumplir una serie de principios que no se están respetando”, indicó Alberto Morlachetti, titular de Pelota de Trapo y coordinador nacional de la marcha junto al sacerdote Carlos Cajade, de La Plata. Entre los principios a los que se refiere Morlachetti se encuentran el derecho a la educación, la salud, la recreación y la vivienda. “En vez de tener eso, tenemos un índice de mortalidad infantil de entre el 28 y el 30 por mil. ¿Cómo es posible que en el país que está quinto en la lista de exportadores mundiales de cereal se mueran cerca de cien chicos por día?”, se pregunta Morlachetti.
Pibes y Mayores: movilizándose
Por este y otros motivos, los pibes y los grandes decidieron salir a la calle, a reclamar lo que les corresponde. Y lo harán a su manera: con títeres, murga, globos y hasta un tren de paseo. “Llevaremos también un micro-escuela y un micro-hospital, que representan el derecho a la educación y a la salud de cada chico”, agregó el coordinador. Como el Movimiento no acepta apoyo económico de sectores gubernamentales o empresariales, la marcha se financiará con la venta de bonos solidarios con valores que van de los 5 a los 100 pesos.
 “Los chicos no son los mismos cuando vuelven de las marchas, es un aprendizaje enorme; incorporan valores, el amor por la lucha y por los sueños”, dice Chichizola. Morlachetti coincide: “Es una experiencia de vida muy fuerte porque ven la pobreza en otros lados, se encuentran con sus pares y aprenden a compartir con ellos el pan, un dibujo, su alegría”. “La vida entera debería ser una fiesta”, agrega.
Durante 15 días, más de 300 chicos de varios hogares de todo el país se harán dueños de esa esperanza. Bajarán desde La Quiaca y pasarán por Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe, y el martes 22 de mayo pisarán la Plaza de Mayo, donde se encontrarán con otros chicos, de instituciones de Capital Federal y Gran Buenos Aires. “Lo nuestro es apenas un granito de arena. En este país, cada quien tendría que poner el suyo”, concluye Morlachetti.
Roxana Badaloni escribe lo que ve en Mendoza
Lunes 7 de mayo de 2001

Niños pidiendo a la salida del aeropuerto. Niños de entre 11 y 14 años constituyen la principal población de riesgo, debido a su vulnerabilidad, a la pobreza, el abandono y la violencia”.
 “El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada (14 años); tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreación y servicios médicos adecuados”. Así lo proclamó la Convención Internacional de los Derechos de los Niños y Niñas, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1959.
Afirma Tambuto: “La delincuencia en los menores de edad, sigue estando estrechamente relacionada con la pobreza. El común denominador de los chicos que llegan a su “Albergue”, es porque viven en la miseria y carecen de la presencia paterna.
Chichizola escribe:“Los chicos no son los mismos cuando vuelven de las marchas, es un aprendizaje enorme; incorporan valores, el amor por la lucha y por los sueños”,

Morlachetti escribe: “Es una experiencia de vida muy fuerte porque ven la pobreza en otros lados, se encuentran con sus pares y aprenden a compartir con ellos el pan, un dibujo, su alegría”. “La vida entera debería ser una fiesta”, agrega.
Durante 15 días, más de 300 chicos de varios hogares de todo el país se harán dueños de esa esperanza. Bajarán desde La Quiaca y pasarán por Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe
Martes 22 de mayo de 2001
El martes 22 de mayo llegarán a la Plaza de Mayo, donde se encontrarán con otros chicos, de instituciones de Capital Federal y Gran Buenos Aires. “Lo nuestro es apenas un granito de arena. En este país, cada quien tendría que poner el suyo”, termina afirmando Alberto Morlachetti., creador de “Pelota de Trapo”. Fallece a los 72 años el martes 21 de abril de 2015. Alberto
Cuando la Patria pasó a ser Colonia
El paso de la Corrupción, o el descaro de servirme de la Patria para saciar mi sed de riquezas y poder. Segunda Parte.
En 2001: LA TASA DE DESOCUPACION NACIONAL ALCANZA AL 16,4% Y AL 17,2% en el Gran Buenos Aires. El ejército de la gente sin trabajo suma ya 2,3 millones. También creció la subocupación. Si se suman desocupados y subocupados, más de 4,4 millones de personas –uno de cada tres argentinos en edad de trabajar– tienen graves problemas laborales.
B. El INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) confirmó que la desocupación a nivel nacional saltó al 16,4 por ciento, de acuerdo a la última encuesta del organismo, realizada en mayo, frente al 14,7 por ciento en octubre y al 15,4 por ciento en mayo del año pasado. Así, en un año, se agregaron 206 mil personas al ejército de desocupados, que ya cuenta con casi 2,3 millones de personas, un récord desde que se efectúa la medición. En el Gran Buenos Aires, la tasa de desocupación llega al 17,2 por ciento. También creció la subocupación. Hubo una fuerte destrucción de empleo en la construcción, la industria y el comercio.
Mayo de 2001 – La Gente sin trabajo
En mayo, la desocupación a nivel nacional alcanza el 16,4 por ciento, un punto más que hace un año.  Esto significa que 2.283.000 personas están buscando activamente empleo y no lo encuentran. Son 206 mil desocupados más que hace un año.  La tasa de subocupación –aquellos que trabajan menos de 35 horas semanas y quisieran trabajar más– llega al 14,9 por ciento frente al 14,5 por ciento un año atrás. Esto representa, en todo el país, 2.130.000 subocupados, 126 mil más que hace un año.  Si se suman desocupados y subocupados, se tiene que hay más de 4,4 millones de personas –uno de cada tres argentinos en edad de trabajar con graves problemas laborales.